Ser médico. ¿Por qué quieres ser médico?
Siempre me han hecho esa pregunta desde que, recién cumplidos los cinco años se
me ocurrió, inocentemente, que quería ser médico. Entonces no sabía dar una
respuesta clara, era más bien una inconsciente seguridad de que iba a serlo y
ya, propiciado por la lejanía del momento de decidir.
Sin embargo, conforme se acercaba el momento no
solo los demás seguían haciéndome esa pregunta, sino que también me la
planteaba yo misma. ¿Por qué quería ser médico?
En realidad, creo que nunca he sabido responder
con certeza. Al margen del típico “no me veo haciendo otra cosa”, es evidente
que he elegido esta carrera porque me gusta ayudar a la gente, y qué mejor
manera de hacerlo que dedicando tu vida a los demás.
Ser médico te permite hacer más fácil la vida de
las personas. Si eres un médico de los del día a día, haces un seguimiento del
paciente, le conoces como persona y de esa forma consigues que su calidad de
vida mejore considerablemente. No hay que olvidar a los grandes médicos que
hacen operaciones y diagnósticos luchando contra el tiempo y la enfermedad y
que logran devolverle la esperanza a una familia o permitir que una persona
cumpla sus sueños.
Esos son los motivos por los que quiero ser
médico.
Esta carrera es muy difícil y a mí me gustan los retos, por lo que en
realidad aspiro a descubrir por qué quiero ser médico mientras estudio,
encontrando un sentido a mi esfuerzo.
Dado que en mi familia (y en general a mi alrededor, exceptuando
algunos padres de amigos) no hay nadie que se dedique a esto, la pregunta de “qué es ser médico” para mí se la dejo a
los grandes de la Medicina de otros tiempos. Creo que el que mejor define el
hecho de “ser médico” es Gregorio Marañón. Elegir sus palabras para contestar a
esta pregunta no es para no hacer el esfuerzo de contestarla yo. Evidentemente
hay numerosas opiniones (tantas como personas) que me permitirían expresar lo
que se pide. Sin embargo, creo que la respuesta más completa que se puede dar
es, como ya he dicho, un conocido texto de Gregorio Marañón:
“Si ser médico es entregar la vida a la misión elegida.
Si ser médico es no cansarse nunca de estudiar y tener todos los días la humildad de
aprender la nueva lección de cada día.
Si ser médico es
hacer de la ambición, nobleza; del interés, generosidad, del tiempo, destiempo;
y de la ciencia, servicio al hombre, que es el hijo de Dios.
Si ser médico es amor, infinito amor, a nuestro
semejante...
Entonces ser médico es la divina ilusión de
que el dolor sea goce; la enfermedad, salud; y la muerte, vida.”
Queda todavía mucho tiempo para ejercer de
médico, y por tanto, al igual que aquel “¿qué quieres ser de mayor?” cuando
tenía cinco años, la pregunta de “qué espero de la profesión” parece
lejana. Sin embargo, creo que ahora tengo algo más de criterio que a los cinco
años y que por tanto, puedo contestar a esta pregunta, aunque sea a medias.
Principalmente, elegir una profesión u otra viene
dado por dónde crees que serás más feliz. Yo espero que ejercer de médico me
haga feliz. ¿Por qué?
Porque lo que espero es que todo lo que estoy
estudiando ahora y lo que estudiaré en el futuro (que no es poco), me sirva
para descubrir la cura de enfermedades que ahora acaban con la vida de muchas
personas.
Porque espero que gracias a mis conocimientos,
mucha gente pueda seguir viviendo, que no tenga que depender de otras personas
y en definitiva, espero aliviar un poco el sufrimiento del mundo.
Porque qué mejor manera de acabar un día de trabajo, que sabiendo que has hecho que una persona haya vuelto a sonreír.
Porque qué mejor manera de acabar un día de trabajo, que sabiendo que has hecho que una persona haya vuelto a sonreír.